jueves, 11 de junio de 2009

A medida que la gente crece va incorporando experiencias y saberes que sirven para las nuevas situaciones de la vida cotidiana, la gente cambia, se mimetiza, se intoxica de palabras sin sentido y luego vuelve a recuperar la visión, vuelve a descubrirse la realidad,y cuando nos damos cuenta de lo que es la vida realmente, de que comprarse o no un par de zapatillas en el outlet de la vuelta no es un problema tan grave, cuando sabemos percibir la mirada del otro y la interpretamos cómo tal, es cuando crecemos interiormente, cuando nuestras preocupaciones egocéntricas y superfluas se desplazan por unas manos sucias de un nene que nos pide una monedas a cambio de una estampita de la desatanudos. He notado que el “ciudadano común” clase media, media alta, no “mira”, mirar a los ojos es algo tan básico cómo profundo, algo tan simple como solidario. Por la mirada de alguien podemos darnos cuenta si está triste, si está contento, si tiene algún dolor, si tiene frío etc. Pero el ciudadano común tiene demasiadas preocupaciones, el estres de la ciudad agota, los pies se funden en el pavimento y los segundos vuelan. No hay tiempo para percibir miradas, para llegar a lo profundo del diariero y revolverle los sesos con tan solo una mirada, no hay ni siquiera cielo que valga para un “ciudadano común” ni siquiera el febo puede despejar sus ojos enceguecidos con tanta tecnología, tanto FACE, tanto materialismo barato que nos explotan las mentes pensando en que nos vamos a comprar ahora. He mirado a los ojos sin obtener respuestas a varios ciudadanos de clase media, media alta, hasta comenzar a percibir otras miradas la de por ejemplo un chico-payaso en el medio de la peatonal haciendo globos miró y se sonrió me tembló la mandíbula y también sonreí, estaba feliz por haber obtenido una respuesta. También me volvió a pasar con un nene de un año en la terminal de ómnibus de Rosario me miró y fue instintivo me sonrió sin pedir nada a cambio. Quizás mi experiencia sirva para abrir las mentes, para interpretar miradas más allá de las apariencias, más allá del materialismo.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Angel de la guarda dulce compañia...

Me hice un día amiga de lo efímero, y conocí entonces el ángel que cómo correspondía cedió dios a mi cuidado. Me dediqué a sentirlo cerca, me hice tan amiga de sus risas traviesas, que ignoraba por completo mis amarguras para refrescarme en lo espiritual, en la autenticidad de sus palabras. Cuando mis mañanas parecían aburrirme hasta los huesos aparecía él, se traslucía de inmediato su ser en la mirada, se me impregnaba en la piel las ganas de reír sin parar, y demostraba aún más el interés por conocerlo. La dulce compañía del guardián de mis aventuras, del sabelotodo de mis anécdotas, mis sueños y mis pesadillas. Recorría entonces con su mirada de niña mis mil preguntas, me desvelaba por las noches con mil respuestas, y madrugaba a mi lado cada mañana desierta. Descubrí como cada mueca representaba en mi algo nuevo, y quedaban las huellas de nuestras charlas entremezcladas con el desayuno. Cada vez que se acercaba su aura me cubría la piel, me alejaba de todo mal, y entonces sacaba las fuerzas que tenia escondidas en el placard…nadie veía su rostro protegiéndome, todos esperan ver su rostro algo borroso y difuso pero ella no, ella tenia bordes netos, ella se asomaba a lo real y simulaba preocuparse por mis problemas pero a la vez me invitaba a jugar, a pintarme los días de colores…ella es mi ángel de la guarda, mi dulce compañía, la incesante protección de mi vida!!!

sábado, 26 de julio de 2008

"Leonel; "el grande"

Ya a los cinco sabía leer, ya siendo un niño su inteligencia le invadía las neuronas de su pequeña cabecita. Su piel disimulaba sus ojos un tanto más oscuros. Sus ojos neutros celaban a su madre, quién esperaba a su cuarto hijo. Siendo aún el más chico de los tres, sus palabras ya sonaban tan justas en el patio de aquel rancho. Rancho humilde de barro, paredes entretejidas de aventuras de niños, de sueños de grandes. Pelotas de trapo a la siesta, para carnaval agua y balde. Después le tocó mudarse, con un gran esfuerzo sus padres construyeron una casa, la misma que fue capaz de albergar a tantos.
La pilcha que vistió también un primo (cómo el tema de la bersuit), las zapatillas hace años estrenadas, y aún, esas ansias de saber quedaron intactas.
Hoy este hombrecito es un hombre justo, un hombre común y corriente, reservado, y manso, es de esos que dicen “take it easy” en el momento justo, es ese que te pide que le laves el auto cuando hace 5 grados bajo cero.
Amigos por doquier, trabajo a la mañana, padel a la tarde, y los sábados a la noche el imperdible asadito con sus camaradas.
El imparcial de la casa, con su indiscutible objetividad soluciona los problemas tal sistema de tres ecuaciones. Hablando un poco ingles, con su adolescencia prolongada, con las tres décadas pasadas y yo, con el orgullo de ser su hermana

viernes, 20 de junio de 2008

Sueño

Soñé que aparecías,
Hasta que apareciste,
Soñé que tus sueños eran los mismos que los míos,
Hasta que los compartimos.

Soñé que te besaron mis besos,
Hasta que me atraparon tus labios,
Y hoy solo siento tu piel tan cerca,
Hoy solo siento tu mirada en mi frente

Y cuando soñé con tus sonrisas,
Pensé en lo maravilloso de reír juntos,
Cuando soñé un día a tu lado,
nuestros ojos convivieron eternidades.

Todo se anticipaba a mis sueños, todo
Irradiaba, el viento sopló fuerte, muy fuerte tanto que
las puertas temblaron...
y yo, desperté recostada a tu lado, y ahora ya lo creo,
no hay mejor sueño que la realidad improvisada de tu cabeza
en la almohada, y tus manos en mi cintura...

miércoles, 9 de abril de 2008

Espera...

Los colectivos pasan frente a mí, y yo dejo que el tiempo me trepe el cuerpo, miro los árboles mecer las hojas qué saludan mis púpilas tensas, observo el piso de cemento, negro, y dibujo tu rostro con mis pestañas despeinadas. Después, me recozco solitaria en aquel banco, sintiendo el abrazo del sol en mi espalda, con las zapatillas a medio estrenar, con mis sueños utópicos que gritan desde adentro, qué aclaman ser cumplídos, y que sencillamente pprefieren tu compañia a estas miles de almas, a miles de objetos repletos de nada, prefieren tus manos cubriendo las mias por completo, e imaginan el dìa en el qué tus ojos suspiren felicidad...

viernes, 28 de marzo de 2008

y después el beso...


Y la muchacha ojos de papel se quedó hasta el alba soñando sueños despacito entre sus manos, sus pequeños pies dejaron de correr para refugiarse en las sábanas blancas, y cuando por la ventana suba el sol, recordará toda dormida allí lo resplandeciente de aquellos instantes.
Y mientras él construye castillos en su vientre, mientras que ellos ríen, las pupilas murmuran lo empalagosamente delicado.
Él, enamorado eterno de la voz de gorrión susurró al oído un: “¡Menos mal nos encontramos!” y la ternura interminable de su mirada penetró en la de los ojos de papel…y entonces aquellos temores, aquel delirio inmediato, “todo” se descartó en el repentino instante en el que apareció él, …y la muchacha se ahoga en la inmensa felicidad que despliegan las gotitas móviles y cristalinas, amargas y semilíquidas qué deslizan sus ojos frágiles, y después el beso, justo y oportuno, que impide decir demasiadas estupideces…

jueves, 13 de marzo de 2008

Hoy percibí el desprecio en tu mirada, sentí cómo me ignoraban espontáneamente tus ojos, mientras los míos esperaban un roce, una sutil mirada que impida especularme un ente ahí parado sin emitir palabra, sin concebir una idea fresca, libre de bronca, y sin siquiera pestañar.
Hoy descubrí lo inestable de mi plataforma, y el escaso equilibrio que sostienen mis pies sobre la tierra, tan escaso qué un simple desprecio logró hundirme hasta el fondo de aquel vaso de agua, y quedarme en el rincón inexistente de los cobardes y miedosos, qué juegan a perder lo qué ya es sabido qué ganaron, qué juegan a sepultar las ideas ansiosas de poder, qué trepan los escombros de lo efímero y terminan siendo ideas en la nada, qué se las lleva la pestilencia a bronca, se las lleva tu mirada ignorando mi presencia, se las lleva para no sentirme persona, para sentirme “el ente” mismo parado ahí, sin habla.