jueves, 13 de marzo de 2008

Hoy percibí el desprecio en tu mirada, sentí cómo me ignoraban espontáneamente tus ojos, mientras los míos esperaban un roce, una sutil mirada que impida especularme un ente ahí parado sin emitir palabra, sin concebir una idea fresca, libre de bronca, y sin siquiera pestañar.
Hoy descubrí lo inestable de mi plataforma, y el escaso equilibrio que sostienen mis pies sobre la tierra, tan escaso qué un simple desprecio logró hundirme hasta el fondo de aquel vaso de agua, y quedarme en el rincón inexistente de los cobardes y miedosos, qué juegan a perder lo qué ya es sabido qué ganaron, qué juegan a sepultar las ideas ansiosas de poder, qué trepan los escombros de lo efímero y terminan siendo ideas en la nada, qué se las lleva la pestilencia a bronca, se las lleva tu mirada ignorando mi presencia, se las lleva para no sentirme persona, para sentirme “el ente” mismo parado ahí, sin habla.

1 comentario:

macanudas* dijo...

fui una vez más imaginando todo...
aunque nos lo contaste con metáforas. eso no importó.